Una mirada reflexiva sobre la pertinencia de la ética empresarial
Carmen Elisa Anzola Bello: Licenciada en Filosofía y Letras con especialización en Pedagogía y Docencia Universitaria y Mg. en Ciencias de la Educación. Docente Policía Nacional de Colombia, Escuelas de Formación y asenso y consultora INL OIM, (Panamá y Colombia).
Actualmente se analiza de manera recurrente la causa de eventos que perjudican la imagen de las empresas colombianas; que para este mundo globalizado es tan importante; es por ello que se suele mencionar a menudo sobre percepción, imagen, globalización, inversión, aspectos en sí que se constituyen en factores importantes para la economía empresarial. Al respecto, Colombia enfrenta retos en este tema, como: vivir conforme a los valores, es decir que los principios éticos de las empresas sean vivenciados y compartidos por todos sus miembros; transparencia, referido al conocimiento del comportamiento empresarial, las acciones que lleva a cabo la empresa a través de sus empleados y demás grupos con los que se relaciona: proveedores, clientes, sociedad; corrupción; derechos humanos, consecuencia del tema de los diversos conflictos que vive el país; derechos laborales, entre otros.
Es por ello por lo que resulta pertinente abordar el tema de la ética empresarial toda vez que es un conjunto de principios y normas orientadores del desempeño empresarial en el ámbito de los negocios, consolidando el grupo de valores y normas que surgen de la cultura de la empresa, y por ende su objetivo es mejorar aspectos como el entorno y clima laboral, promover la igualdad, el respeto a los derechos. En efecto, tener una buena ética empresarial hará que la empresa resulte atractiva a más y mejores profesionales, generando mayor confianza y credibilidad entre los clientes o consumidores. En ese sentido desarrollar una cultura organizacional con valores comunes para todos sus miembros, más allá de los diferentes niveles de jerarquía implica actuar de acuerdo a valores como la igualdad, libertad, diálogo, respeto y solidaridad.
Las empresas son entidades jurídicas y, al igual que los seres humanos, sus actividades deben basarse en el cumplimiento de la ley y ser legítimas ante la comunidad, por eso deben aplicar la ética a nivel organizacional. Es así que, se mencionarán algunas características de la ética empresarial, según lo establecido por las Naciones Unidas, a saber: La solidaridad. Consiste en manifestar, de manera activa, interés en el bienestar de los demás (de sus integrantes y de los agentes externos). La eficiencia. Es el uso responsable de los recursos, tanto para la producción como para el desempeño de la organización. La racionalidad. Implica utilizar la lógica para tomar decisiones, y no los impulsos, prejuicios o emociones. La equidad. Reside en tratar a los individuos por igual, sin prejuicios ni discriminación. Requiere tener la capacidad de la empatía. La dignidad. Implica actuar de manera responsable, respetando a los demás (a otras organizaciones o personas) a pesar de las diferencias. La transparencia. Es actuar de manera clara y simple, sin ocultar información o generar mensajes confusos. La mejora continua. Involucra un desempeño en constante evaluación, a pesar de que esté funcionando de manera correcta.
A continuación, se evidencian algunos ejemplos de conductas éticas que pueden ocurrir en el mundo de los negocios, a manera de reflexión propositiva: Actuar de acuerdo a valores como la igualdad, libertad, diálogo, respeto y solidaridad. Desarrollar una cultura organizacional con valores comunes para todos sus miembros, más allá de los diferentes niveles de jerarquía. Hacer el esfuerzo por alcanzar la satisfacción de todos los agentes involucrados en la empresa, como accionistas, directivos, empleados, proveedores y clientes. Asumir la responsabilidad social por sus acciones y por su impacto directo e indirecto. Trabajar de manera activa para reducir los conflictos entre las partes que integran la empresa.
Finalmente se comparte desde estas líneas los siguientes principios éticos que existen y que dependiendo con cuál nos sintamos más identificados así nos irá en nuestro devenir profesional y personal:
– El imperativo Categórico de Kant: Actuar de un modo que el actor crea justo para cualquier otra persona en situación similar.
– Ética convencionalista de Carr: Los individuos actúan para promover su interés propio hasta el límite de la ley.
– La regla del descubrimiento: Pregúntate cómo te sentirías si los pensamientos y los detalles de tus decisiones fuesen descubiertos o revelados a una audiencia amplia.
– La regla de oro: Haz a los demás lo que te gustaría hiciesen a ti.
– La Ética Hedonística: haz cualquier cosa de tu propio interés. La virtud está incorporada en lo que es significativo o valioso para cualquier individuo. No hay principios morales absolutos.
– La Ética de la intuición de Moore: Las personas están dotadas de un tipo de sentido moral con el que pueden aprender lo que es correcto o equivocado. La solución a los problemas morales subyace simplemente en lo que sienten o entienden que es correcto en una situación determinada.
– La Ética del Mercado de Smith: Toma acciones egoístas y sigue la motivación de las ganancias personales en los negocios. Las acciones egoístas en el mercado son virtuosas porque contribuyen al funcionamiento eficiente de la Economía.
– La Ética de los medios y el fin de Maquiavelo: Los fines valiosos justifican los medios eficientes. El bien común justifica una trasgresión moral.
– La Ética del poder y lo Correcto de Nietzsche: La justicia se define como el interés del más fuerte. Es ético lo que un individuo tiene la fuerza y el poder de lograr.
– Principio de Proporcionalidad de Garret: Haz lo que quieras hacer si existe una razón proporcional para hacerlo así.
– Ética profesional: Haz sólo aquello que pueda ser justificado ante los colegas.
– Ética utilitarista de Bentham/Mill: El mayor bien para el mayor número. Determinar si el daño de una acción está compensado por el bien que genera para otros.
Dado lo expuesto, en el ámbito Empresarial es pertinente considerar la ética y la confianza como premisa fundamental en procesos de comercialización, negociación y administración, la empresa como ente formada por personas es un sistema abierto que interactúa con la sociedad, y está inmersa en un ambiente dinámico y a veces vertiginoso, cuyos procesos de adaptación deben ser eficaces, pero con un sistema solido de valores y una visión de lo “Correcto” y sus implicaciones de rentabilidad y posicionamiento de marca, ello incrementara sus beneficios y sus ingresos futuros.
REFERENCIAS:
Cortina, A. (1996). El quehacer ético: guía para la educación moral. España: Santilla.
Hernández Baqueiro, Albeiro (2006) Ética Actual Y Profesional, Lecturas Para la Convivencia Global en El Siglo XXI. México: THOMSON.
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