Cuando pensamos en salud, lo habitual es enfocarnos en sus costos. Consultas médicas, medicamentos o procedimientos clínicos. Pero hay una manera más eficiente de verla. En lugar de tratar la atención médica como un gasto inevitable, es posible plantearla como un activo estratégico que produce rendimientos de largo plazo en la calidad de vida de las personas, efectos positivos en la productividad de la sociedad y prevención de riesgos futuros, elementos que juegan un papel central en el sector asegurador, la innovación tecnológica y los modelos financieros emergentes.